viernes, enero 01, 2010
El carácter y el mal carácter tienen madres diferentes: la primera es hijo de la educación, el segundo es huérfano.Pecaríamos de ilusos si creyéramos que el tutelaje de nuestra inteligencia es un coloniaje por las buenas: esta reflexión es digna del 23 de enero.
La vida del hombre cierto es un continuo y creador desquite ante el asedio de las adversidades.
Mi mayor gratitud será la del labriego contento de continuar el cultivo de su pequeño huerto.
Las experiencias negativas enaltecen o ensombrecen una vida: depende de cómo las asimilemos
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